Hay gente que le tiene miedo
a la soledad.
Quizás por eso siempre
entregan amor a quien esté más cerca, sin necesariamente sentirlo.
Tal vez por eso se aferran
con desesperación de aquellos que les quieren, aun cuando no sea un sentimiento
mutuo ni correspondido.
Que triste y vacío debe ser
entregar, sin realmente desear hacerlo.
Que absurdo debe ser
recibir, sin siquiera emocionarse ni esperarlo.
Que superficial debe ser
retener, sólo para no experimentar abandono.
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