Qué es la Acrofobia?
La Acrofobia
es un miedo intenso a los lugares elevados. El Manual diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales (DSM-IV, APA, 1994) la clasifica dentro de los
Trastornos de ansiedad como una Fobia Específica, es decir, un miedo intenso y específico
a situaciones y objetos concretos. Cuando la persona se enfrenta a ese objeto o
situación experimenta ansiedad intensa de forma inmediata. La persona tiende a
evitar la situación fóbica, aunque reconoce que el miedo es excesivo o
irracional. Se realiza el diagnóstico de fobia específica sólo si la fobia
interfiere significativamente en la vida cotidiana del individuo o le produce
un malestar intenso.
Dado que la
acrofobia es un miedo a los espacios elevados, las situaciones que se evitan
son terrazas, escaleras, ascensores, edificios altos, puentes, aviones, etc. En
general, las personas con acrofobia no suelen tener miedo sólo a una de estas
situaciones, sino que suelen sentir temor en cualquier situación que implique
altura. La persona no teme la situación en sí misma, sino las posibles
consecuencias negativas de estar en ese sitio. El miedo más frecuente es a
caerse. En los últimos años, se esté observando y reconociendo que esta fobia
puede llegar a ser muy incapacitante.
Cuando una
persona que sufre este problema anticipa que va a estar está en un espacio
elevado experimenta una reacción de ansiedad intensa (falta de aire,
palpitaciones, mareo, inestabilidad, etc.). Debido a esto, normalmente la
persona evita estar en lugares elevados. Por ejemplo, no viaja en avión, deja
de subir a las atracciones de la feria,
deja de visitar lugares como la Torre Eiffel, incluso puede dejar de
subir a una escalera de mano,... Como en otras fobias específicas, la respuesta
de ansiedad disminuye considerablemente cuando la persona abandona el sitio
elevado.
Entre un 2 y
un 5% de la población general sufre acrofobia. Su inicio se asocia normalmente
con haber vivido una experiencia desagradable en un espacio elevado (por
ejemplo, perder la estabilidad en un lugar elevado y llevarse un buen susto).
Sin embargo, el miedo a los lugares elevados también se puede adquirir
indirectamente, por recibir información sobre experiencias desagradables en
lugares elevados o ver a alguien pasar por una experiencia de este tipo (Rach
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