miércoles, 6 de marzo de 2013

ACOMOFOBIA




La ACROFOBIA se encuentra dentro de los tipos de fobias consideradas como específicas, es decir, se trata de un miedo morboso e irracional hacia objetos afilados como agujas, cuchillos, lápices, lo inverosímil de los miedos es que también se genera pánico ante cosas como un dedo que está señalando o la punta de un paraguas. El término proviene de la expresión griega con los vocablos Aichme que significa “pico” y Phobos que significa “miedo”. A menudo ésta fobia se encuentra relacionada con la tripanofobia, es decir con el miedo irracional e incontrolable hacia los procedimientos médicos donde se encuentran implicadas las inyecciones o las agujas hipodérmicas.
 
El desarrollo en la manifestación está relacionado con el cerebro mismo que se encuentra compuesto de varias partes, cada sección del cerebro se encarga de controlar diversas funciones del cuerpo, es así que se puede escuchar, pensar y ver, es decir esas funciones básicas y normales en la vida humana. La amígdala se encarga de controlar el miedo. Muchas veces el miedo es aprendido, tal y como ha sido demostrado por Ivan Pavlov en los estudios haciendo uso de los perros. Gracias a dichos estudios se descubrió que los seres humanos, así como los animales, pueden ser acondicionados -o entrenado- para mostrar un comportamiento en particular en presencia de estímulos que se caracterizan por ser específicos. Como lo es la salivación de los perros al sonido de la campana en los estudios de Pavlov. Es así que por una parte se dice que en ésta fobia el miedo puede deberse a un estímulo a algo que ha sido aprendido por la persona en algún momento de su vida, las situaciones y los escenarios son tan variados que para encontrar la raíz del problema es necesario acudir a una terapia psicológica para que ayude a detectar el momento en que se gestó la raíz del miedo y así poder hacerle frente. Además que el miedo y algunas fobias también pueden seguir un patrón biológico. Por ejemplo, la psicología evolutiva nos hace ver que los antepasados pueden tener un comportamiento adquirido y dicho comportamiento ha podido ser propagado de generación en generación.
Un tratamiento adecuado para la persona que padece de aicmofobia incluye una hipnoterapia, la mezcla entre la hipnosis y la terapia podría ser verdaderamente útil. Si la aicmofobia ha sido causad por un factor ambiental, dicho tratamiento es más útil todavía. En la hipnosis se encuentra la clave para abordar al paciente, gracias a ésta el sujeto se puede relajar y descubrir el problema y así ayudarle a curarse de su fobia.

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