La ACROFOBIA se encuentra dentro de los tipos de fobias consideradas
como específicas, es decir, se trata de un miedo morboso e irracional hacia
objetos afilados como agujas, cuchillos, lápices, lo inverosímil de los miedos
es que también se genera pánico ante cosas como un dedo que está señalando o la
punta de un paraguas. El término proviene de la expresión griega con los
vocablos Aichme que significa “pico” y Phobos que significa “miedo”. A menudo
ésta fobia se encuentra relacionada con la tripanofobia, es decir con el miedo
irracional e incontrolable hacia los procedimientos médicos donde se encuentran
implicadas las inyecciones o las agujas hipodérmicas.
El desarrollo en la manifestación está relacionado con el
cerebro mismo que se encuentra compuesto de varias partes, cada sección del
cerebro se encarga de controlar diversas funciones del cuerpo, es así que se
puede escuchar, pensar y ver, es decir esas funciones básicas y normales en la
vida humana. La amígdala se encarga de controlar el miedo. Muchas veces el
miedo es aprendido, tal y como ha sido demostrado por Ivan Pavlov en los
estudios haciendo uso de los perros. Gracias a dichos estudios se descubrió que
los seres humanos, así como los animales, pueden ser acondicionados -o
entrenado- para mostrar un comportamiento en particular en presencia de estímulos
que se caracterizan por ser específicos. Como lo es la salivación de los perros
al sonido de la campana en los estudios de Pavlov. Es así que por una parte se
dice que en ésta fobia el miedo puede deberse a un estímulo a algo que ha sido
aprendido por la persona en algún momento de su vida, las situaciones y los
escenarios son tan variados que para encontrar la raíz del problema es
necesario acudir a una terapia psicológica para que ayude a detectar el momento
en que se gestó la raíz del miedo y así poder hacerle frente. Además que el
miedo y algunas fobias también pueden seguir un patrón biológico. Por ejemplo,
la psicología evolutiva nos hace ver que los antepasados pueden tener un
comportamiento adquirido y dicho comportamiento ha podido ser propagado de
generación en generación.
Un tratamiento adecuado para la persona que padece de
aicmofobia incluye una hipnoterapia, la mezcla entre la hipnosis y la terapia
podría ser verdaderamente útil. Si la aicmofobia ha sido causad por un factor
ambiental, dicho tratamiento es más útil todavía. En la hipnosis se encuentra
la clave para abordar al paciente, gracias a ésta el sujeto se puede relajar y
descubrir el problema y así ayudarle a curarse de su fobia.
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